Al lado del robot, un rabino realiza la misma tarea, pero a mano y con una pluma , es decir, siguiendo el método tradicional que viene utilizándose hace miles de años. La escena bien podría pertenecer a un cuento de ciencia ficción, pero es real: un grupo de artistas alemanes que se autodenomina RobotLab programó a un robot industrial KR16, comúnmente utilizado para realizar labores fabriles como ensamblaje o soldadura, "enseñándole" un oficio más espiritual: el de sofer o escriba.
Ambos -el rabino y el robot- fueron parte de la exposición titulada "La creación del mundo", que se inauguró a fines de 2014 en el Museo Judío de Berlín con el objetivo de mostrar la importancia de los textos manuscritos en el judaísmo. Se trata de una verdadera maravilla: la más alta tecnología puesta al servicio de los fines espirituales de la humanidad. Ésta no es, además, la primer labor sagrada del abnegado robot KR16. En 2012, el mismo grupo de artistas lo programó para que escribiera la Biblia cristiana en alemán, castellano y portugués:
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Dios mío!!! Con que delicadeza escribe!!! Que geniales sus creadores!!! Muchas gracias!!!
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